Patricia Fernández, 1978
PARTE II: ZOOFASIA CÓSMICA
VI
Trance:
exposición en directo del niño que fuimos soñando monstruosos primarios.
Al salir me pondré de nuevo la máscara.
Autopsia viva al ser deshojado que me habita, hambriento de oxígeno y tus babas.
Trance: sois tan mortales como mi calavera. Dejemos un momento de facturar humo con código de barrras, entendamos el aullido raíz, seamos alquimistas.
Atrapemos en botellines de agua de solares los cinco o seis espíritus que pueblan esta sala.
***
a.b.c…
(…)
Se hizo tan pronto de día que no pude pintarte un mensaje de amor.
Pensaba tanto en pensar que pensé que tu pensabas en lo que yo pensaba o en lo que tu ibas a pensar cuando yo pensara otra cosa diferente. Pasta. Cama cuna infancia, mi canela muerta. ¡Joder! joder es una palabra estúpida, adolescente. Ahora, siento algo azul.
***
PARTE IV
VI
Hay un calor hedonista bajo la hierba
Dos escondites atestados de náufragos
Intentar ser lo que se dice que se debe de ser para merecer ser en este mundo.
Todos morimos, todos.
Evitar el reflejo, la calavera, evitar los pinchos del destino destripando a nuestro niño.
Ponerle tiritas purulentas, parar el río con una piedra,
parar la vida con una huella digital que no recordará ni tu madre pues se irá primero.
Libérate, libérate, libérate dentro de la jaula
Estudia al menos el álgebra de sus esquinas
Haz un pozo en el techo, que mame luz
No tenemos ni isea de donde viene
ese resplandor.
VII
Dejé fluir mi vida
Pensé que era la causa perfecta de la felicidad.
Tras chocarme con rosas y ver lágrimas de madre reflejadas
en mí reflejo, viejas sábanas con nombres abandonadas
tras los espinos y la niña que fui muerta en un pozo.
Dejé fluir mi vida porque ya no sabía cómo ser lago ni fuente.
Una mariposa con anillos en las patas no
ve el horizonte.
VIII
Estáis pidiendo a gritos mis queridos átomos
Estáis aullando desde todos los portales del mundo
Bajo el río, en la oficina magenta, agarrados de antenas,
colgando del cielo.
Hemos compartido algunos fragmentos del último libro de la escritora santanderina Patricia Fernández (1978), titulado perra tumba, editado y publicado por La Vorágine dentro de la línea Poemas (in) surgentes. Patricia estudió Turismo y dejó Santander para instalarse en Londres. Más tarde embarcó en Costa Cruceros, donde trabajó viajando sin residencia fija durante ocho años, experiencia de la que probablemente naciera el fanzine Un gato en alta mar (2013). Regresó a Santander, en ese mismo año publicó su primer poemario Caníbales modernos (Kattigara, 2013). En 2014–2015 publicó El bioma de los muertos (Sol y Sombra). Este fue un año poético para la autora, pues participó en numerosos recitales, y recitó, a finales de año, en la Surada poética. Varios de sus poemas fueron recopilados en la antología Voces del viento sur. 30 poetas de la conciencia crítica. (El Desvelo, 2016). Recomendamos el viaje surrealista al que invita este poemario que podéis conseguir en la librería La Vorágine de Santander.